UN MES EN SENEGAL; RINCONES Y CURIOSIDADES

¡Hola hola!

Hacía mucho que no daba señales de vida por aquí y es que la semana pasada estuvimos en Dakar cinco días a la espera de un contenedor de ayuda humanitaria (qué bien suena) y a la vuelta se cortó la electricidad así que tenemos Internet desde hace solo un par de días. El contenedor salió tras cinco días esperando y tras poner a prueba mi paciencia y la de Dani. Bueno, también puedo mentir y decir que estaba esperando a que hiciera un mes que estoy aquí para dar sentido al título de la entrada.

Vivir en Senegal te da la oportunidad de ver y vivir muchas cosas a las que en España no tendría acceso.  Una de ellas es la celebración de las fiestas musulmanas; casi el 90% de la población senegalesa es musulmana, el resto lo conforman las minorías cristiana y animista. A pesar de la gran mayoría de musulmanes, Senegal es un estado laico y gracias a ello conviven sin problemas las tres religiones. En Kaolack en particular, hay un núcleo muy fuerte de musulmanes y eso hace que entre otras cosas, las mujeres tengamos que tener cuidado en no enseñar cacho (es decir, más arriba de la rodilla).  Es chocante porque hasta la prenda más antisexy como los pantalones de scout que les llamo yo (las típicas bermudas cortas del Decathlon) aquí son "provocativos". Si supieran que en España hay chicas que enseñan medio culo, pero literal...

Cuscús senegalés

El viernes pasado tuvo lugar la Tamkharite o Año Nuevo musulmán. La celebración también es conocida como "fiesta del cuscús", y como su propio nombre indica, se come cuscús (muy bien Elena) con familiares y amigos. Es un cuscús muy rico, no como el que se come en España que por lo que me consta es marroquí. Al cuscús de aquí le ponen carne y vegetales y una salsa riquísima y picantísima aunque según los de aquí "no llevaba nada de picante". A mí cada vez que me han dicho que "no lleva apenas picante" me ha salido fuego por la boca y eso sumado a que aquí no tienen costumbre de beber durante la comida, pues es cuanto menos gracioso.

El cuscús como ya he dicho estaba delicioso y me puse hasta arriba. Dani ya me había avisado de que no me llenara porque teníamos más invitaciones (teníamos muchas, nos había invitado hasta el director del banco) a cenar cuscús y el arroz llena mucho. Cuando acabo me dan un bol y me ofrecen leche y yo "¡¡vale!!" pensando en leche fresquita para bajar la comida, ¡¡pero no!! Resulta que una vez se acaban el cuscús normal se sirven (aún) más cuscús en un bol con leche. Yo claro, tuve que comérmelo y encima poniendo buena cara, cosa difícil porque el cuscús era como arena, literal, como si lo hubieran cogido del sobre y echado tal cual.
Además de cenar cuscús los niños salen a la calle; los chicos disfrazados de chicas y viceversa. Van cantando, bailando y haciendo ruido con unas cacerolas y los vecinos tienen caramelos preparados para cuando llega la chavalería. Es rollo Halloween pero más exótico.

Tangana y bocata de espaguetis

Otra cosa curiosa de por aquí son las tanganas. Son puestos de comida en mitad de la calle que suelen estar escondidos detrás de una tela y donde te hacen bocadillos de lo que sea (o de lo que haya sobrado del día anterior); desde atún y paté hasta espaguetis.
La gente tiene costumbre de tomarlo sobre todo como desayuno o comida acompañado de café touba, el café senegalés por excelencia que consiste en café solo con aroma a pimienta. Yo con lo que soy con el café ("café con leche pero corto de café y con mucha leche y con sacarina, muchas gracias" y la mejor de mis sonrisas) aún no he tenido ocasión de probarlo pero me parece curioso que el aroma sea a pimienta precisamente, creo que ese sabor aún no lo ha comercializado Nespresso.
Los chiringuitos tangana están formados por una mesa de madera con los platos de comida y un par de bancos, rodeados por una tela que hace de muro protector. Si no fuera porque ahora sé que detrás de las telas están las tangana ni me habría enterado.
A pesar de que yo soy fiel a mis tostadas con aceite para desayunar alguna vez he acompañado a Dani a coger un bocata, aunque acabé dejándome la mitad del bocata de atún (que en realidad era paté de olivas)
Es frecuente ver a la hora de las comidas a grupos de gente por la zona de las tanganas, ya sea comiendo o dormitando. Hace tanto calor que la gente anda todo el día medio amodorrada y se echan una cabezadica en cualquier lado, como el vendedor de naranjas del otro día que le tuvimos que despertar para poder comprarle.

El higiénico carnicero

El Mercado de Kaolack también merece una mención especial. Kaolack tiene el mercado cubierto más grande África y no sé si es especialmente relevante que sea cubierto o no, pero como ellos lo llevan con tanto orgullo así lo transcribo. El otro día estuve con Alice "de compras" y bueno, aparte del calorazo que hacía por el corte de electricidad, era un poco agobiante porque los vendedores te acosan. Han debido de aprender todos "la estrategia del acoso" porque no hay ni uno sólo que no te deje en paz mientras te decides a comprar cualquier nimiedad. El panorama de la carnicería era cuanto menos chocante, a cualquier inspector de Sanidad le daría algo si lo viera. Yo no soy inspectora de Sanidad pero cuando vi la nube de moscas salir del trozo de carne que nos queríamos llevar, y nos llevamos, ya me dejaron de hacer tanta gracia las moscas volando por todos lados.
A pesar de las fotos hay que verlo en persona para poder apreciar todos los detalles, la gente del mercado, las moscas, el mismo mercado, etc. A mí me encanta ir paseando y viendo todo, aunque como ya he dicho, los vendedores también pueden ser bastante pesados, y timadores. Yo como soy toubab (blanco en wolof), joven, con cara de más joven todavía y prácticamente recién llegada pues claro, soy carne de cañón para que me timen. La clave es ir siempre a los mismos sitios a comprar. La fruta se la compro siempre a Alpha Omar, un tío muy majo que vende fruta en una carreta y que me asegura que me vende "las mejores manzanas" y "los mejores plátanos del país". Él muy objetivo, claro.
Para el resto de cosas importantes como la carne, legumbres o similares acompaño a Alice que como ella es negra (de Burkina) pues no le timan. Bueno, porque es negra y porque habla wolof, que me imagino que algo también tendrá que ver, jajaja.

Carnicero de Kaolack

Puesto de tangana bien camuflado

Hace un mes que llegué aquí y ya no me sorprendo tanto con lo que veo en mi día a día. Aunque siempre hay excepciones como la del otro día. Pasamos al lado de un coche y me dice Dani "ven ven, asómate al pick up" y verdaderamente aluciné. Véanse las fotos.

Así de primeras no se ve nada raro, pero...

...¡¡SORPRESA!!

Pobre vaca, me quedé muerta. Yo además soy especialmente sensible con los animales aunque a cualquiera menos sensible imagino que también le hubiera impactado. Estuve a punto de soltar a la vaca para que corriera libre y se fuera de vuelta a la vida salvaje de la sabana (me monté toda una película) pero creo que me hubiera convertido en persona non grata en Kaolack y no es plan porque me quedan dos meses más aquí.

En cambio sí estuve a punto de llevarme el otro día a un gato callejero a casa. Habíamos ido a un horno que hay al lado de casa para comprar el pan del desayuno recién hecho y cuando llegamos había un gato muy pequeñito y seguro que estaba enfermo porque apenas se movía. Yo claro, me puse modo San Francisco de Asís y ahí estuve con el gatico y pasando del pan que encima era para mí. Como tuvimos que irnos porque Dani, y creo que como todo el mundo, no se conmovió tanto con el gato como yo, me quedé rallada toda la noche. Al día siguiente hice acompañarme a uno de por aquí con el que me he ido a correr estos días al horno a preguntar por el gato. El pobre no sólo me ha estado acompañando estos días a corre sino que encima me ha acompañado al horno a preguntar él en wolof por el gato a los del horno, jajaja. Ayer volví al horno a por pan pero como Fonci (así se llama el mozo) ya no está me encargué de aprenderme bien como es gato en wolof, muss o por lo menos así lo dije yo. Los del horno me dijeron que se lo habían comido y cuando vieron mi cara no podían parar de reír. Al gato no lo ví pero como voy todas las semanas al horno espero verlo algún día y comprobar que efectivamente no se lo han comido.
Dani dice que si por mí fuera tendríamos un zoológico en casa y tiene razón, todo animal que veo abandonado me lo traía a casa. Aquí no tienen la misma sensibilidad que tenemos en Europa con los animales, por lo menos con los perros y los gatos. La vida de un perro o un gato no vale nada, mucho menos que la de un cerdo, gallina o cabra, porque no se los pueden comer (sigo confiando en ello).

Cambiando de tema, lo del deporte aquí es complicado. Para empezar hace mucho calor y solo a última hora de la tarde me veo con ganas de hacer algo que implique esfuerzo físico. Estos días me he ido a correr con Fonci por "la playa", es decir el brazo de mar que entra por Kaolack. Es una zona muy agradable para correr, con unos atardeceres muy chulos de película africana y lo mejor de todo es que te puedes dar un bañito en el mar al acabar, ¡¡una gozada!! Jamás me hubiera imaginado que algún día correría rodeada de cabras con su pastor o que pasaría una carreta tirada por un burro y llena de niños a mi lado. Lo malo es que Fonci se ha ido ya y no me recomiendan irme sola a correr así que hoy he ido a uno de los sitios que nunca diría que hubiera venido, al gimnasio.
Si no fuera porque iba con una francesa que está aquí de voluntaria y con un alemán ni hubiera sabido que había un gimnasio en ese edificio de apariencia totalmente corriente. Hoy en particular había sesión de fitness y no sé cuál es la explicación pero las ventanas han estado cerradas durante TODA la hora. Como es lógico, estábamos todos sudando a mares. Mi camiseta parecía que la había metido a remojo de tan empapada que estaba.
Pero lo mejor de todo eran los carteles motivadores que había dispersos por la sala:

Ni con el Paint

El título de la entrada menciona rincones y curiosidades de Senegal. De las curiosidades se podría decir que ya he hablado un poco pero, ¿y de los lugares?
Bueno, Kaolack tiene el dudoso honor de estar rodeado de un secarral, rollo desierto de los Monegros. Sin embargo hay un brazo del mar que entra hasta casi la misma ciudad. Hace un par de fines de semana estuvimos en la zona casi frontera con Gambia, cerca de un pueblo llamado Tobakouta. Es una maravilla de sitio porque está rodeado de manglares y de vegetación y si encima vas con un tío que tiene casa al borde del agua pues paquemás.

Allá van unas fotos del día:

Bueno, ¿ya?

Alice os da la bienvenida

A dos horas de Kaolack camino de Dakar se encuentra el parque Nacional de Bandía. Es un poco cutre imitación de como me imagino deben ser los parques Nacionales de Kenia o Tanzania, pero a mí que vengo de fuera me pareció de lo más exótico y emocionante porque comimos ¡¡¡¡al lado de un estanque lleno de cocodrilos!!!! Yo estaba emocionada cual turista recién llegada y saqué mil fotos. Hasta le hice un vídeo a un temerario guardián del parque dando de comer a los cocodrilos. El tío ni se inmutaba mientras los cocodrilos se le acercaban lentamente para comer y mientras los turistas aguantábamos la respiración. Además de los pedazo de cocodrilos había también monos que desde los árboles te miraban comer y que en otras ocasiones han robado comida. A nosotros no, qué pena, hubiera sido gracioso.
Al acabar la comida y tras el momento turista (aunque no hicimos el tour, no llegamos a ser tan "turistas") nos dieron a probar todos los licores que se fabricaban con las frutas del parque. Por supuesto dimos cuenta de todos y estaban deliciosísimos, aunque el ganador fue la crème de Warang que llevaba café, cacao, licor, plátano, leche y azúcar. Cómo podéis ver, muy idóneo para una diabética como yo. El caso es que al ser la hora de la siesta, que entre el calor no se duerme muy allá y el empacho de licores que nos dieron a probar pues caímos los tres fritos fritos nada más subir al coche. El pobre Dani aún nos sigue recriminando que se tuvo que hacer las dos horas de carretera infernal sin más compañía que nuestros ronquidos.

Allá van unas cuantas fotos de Bandía:

Así de primeras yo me bañaba...

...¡TACHÁAAAN!

Baobab milenario ("milenario" suena mejor)

Licores (el ganador abajo a la derecha)

Y por último dos fotos de dos rincones muy bonitos de Dakar y sus alrededores.
La primera foto es del finde pasado en la continuación de la magnífica playa de Yoff. Cogimos unos quads y fuimos por la playa aunque yo me hubiera quedado toda la tarde en esa pedazo de playa con unas olas tremendas.

Y la última foto es del faro de Dakar, un lugar privilegiado ya que pocos pueden acceder a él y desde donde se pueden ver las dos costas de Dakar (Dakar está en una península)

Y con esto y un bizcocho me voy al sobre que se me ha hecho tardísimo.
Ah, ¡¡la semana que viene voy a estar en los pueblos viviendo de lunes a domingo!! A día de hoy, bajo el aire acondicionado, tras haber cenado y desde la comodidad de la silla me apetece mucho, veremos en una semana...
Qué contentos se van a poner los críos cuando me vean, aunque no sé si al final la que va a acabar harta soy yo. Espero traer alguna historieta que contar y que no me pique ningún escorpión o serpiente que contra eso no existen repelentes.

Ba been yoon!

Elena