¡CHIKANAM INCH'ALLAH!

¡Hola hola!

Ya estoy en España, llegué el mismo día de Nochebuena al mediodía, pero no podía no escribir sobre las últimas semanas en Senegal. Me hubiera gustado escribir la última entrada allí, pero estas dos últimas semanas he tenido más vida social que nunca y no he tenido tiempo ni para dormir.

Estas dos últimas semanas he ido mucho a la brousse por las representaciones de teatro de las que se encargaba Arapaz y como siempre que iba a los pueblos, era todo un espectáculo. Normalmente llegábamos cuando estaban todos reunidos y en círculo; las mujeres vestidas con sus mejores galas, los niños excitadísimos y los pocos hombres que venían en un segundo plano. Algunas mujeres, armadas con un par de palanganas y otro par de cacerolas armaban una escandalera tremenda mientras otras mujeres salían a bailar mbalax al medio. Les hace falta bien poco para pasárselo bien.
Cuando llegábamos nosotros con el coche la excitación general aumentaba y luego ya cuando llegaba la furgoneta con los del teatro dentro ya se montaba la marimorena; los críos corrían en todas direcciones y las mujeres hacían aún más ruido con las cacerolas y las palanganas.
 El objetivo de las representaciones de teatro es el de sensibilizar a la población, en este caso sobre la implicación en la limpieza de los pueblos. Como la gran mayoría de la población es analfabeta, las representaciones teatrales es el mejor (y casi único) medio para transmitir cualquier mensaje. Además del teatro también viene un grupo de música y eso es el novamás. La realidad es que el teatro no dura ni un cuarto de hora mientras que con la música y los bailes se pasan el resto de la tarde. 
En Kacothie, los niños se alborotaban muchísimo y para que no se metieran todo el rato al medio del círculo a bailar, había un tío que les zurraba con un palo (tal cual) pero que él mismo no podía dejar de bailar, jajaja. Si es que lo del ritmo lo llevan en la sangre.


Representación de teatro
La furgoneta de Bamtaaré


Mbalax multicolor
Reunidas bajo el baobab
Pain de singe - fruta del baobab
Grupo de música en plena actuación
Además de las representaciones de teatro, estaba el proyecto gordo de la Caixa que debíamos (me incluyo aunque el pobre Dani es el que cargaba con toda la responsabilidad) acabar para antes del 17 de diciembre con lo cual muchas veces iba sola a los pueblos. Me hacían salir al medio a decir unas palabras que previamente me había preparado en francés pensando en todas las reglas gramaticales pero podría haber recitado hasta el padrenuestro si hubiera querido porque luego la que lo traducía decía lo que le daba la gana y las mujeres aplaudían a cada cosa que yo decía y sin escuchar. Luego si decía alguna palabra en wolof se volvían locas y aplaudían aún más fuerte. Un show, como todo en Senegal.

En Kaolack se celebró esa misma semana el FESNAC, un festival de arte en Senegal. Venían grupos de todo Senegal y había desde teatro hasta bailes y conciertos de música, ¡una chulada! El único problema fue que el señor que nos alquila la casa les prestó la casa de al lado a la delegación que venía de una ciudad llamada Louga. En el pasillo enfrente de casa dormía toda la gente, preparaban el té y cocinaban el thieboudienne (arroz con pescado) y como no hay cristales fue como tener el festival entero metido en casa. Por supuesto cantaban y bailaban en el salón de casa ya que empieza a "refrescar" (25 grados) y se estaba más calentito dentro de casa.

Desde hacía tiempo tenía a Issa, un amigo de Kaolack, buscando bodas para que fuera antes de volverme a España. Me hacía toda la gracia porque la cuestión era ir a una boda, daba igual de quién fuera. Me mandaba un mensaje y me decía "he encontrado un matrimonio simple (?) mañana a las 16:30, díselo a quien quieras". El último finde en Kaolack encontró otra boda - La Boda- y a esa sí que pude ir, menos mal porque fue la bomba.
Como me avisó de un día para otro no pude conseguir el bubú, el traje tradicional, así que fui vestida de occidental. Pero una vez allí me dijeron que nanay, que tenía que ir vestida como ellas así que me prestaron un bubú. Me cambié en en la habitación con otras diez personas más que estaban allí, surrealista. Cuando me puse el bubú entero parecía que la que me casaba era yo; todo el mundo aplaudiendo y sacando el móvil para hacerse fotos conmigo, qué vergüenza. Yo que quería pasar desapercibida...

¿Quién de las dos se casa?




Banquete de boda
Las mujeres de la familia con las dos toubab

Luce, la otra europea que venía conmigo (la de azul clarito y rosa en la foto de arriba) y yo éramos la novedad de la boda. Si nos poníamos a bailar, todo el mundo dejaba de hacerlo y nos miraban. Coincidimos con la novia cuando saludaba a todos los invitados y nos dijo Issa que estaban mucho más emocionados con nosotras que con la novia, jajaja.
La cara de los novios era todo un poema; en las fotos salíamos los invitados súper sonrientes y los novios con cara de póker.
A mitad de baile, se paró la música y la gente se fue a rezar. Mientras tanto los que no se habían ido a la mezquita se hacían fotos con nosotras y ya de paso con la novia también. Pobre, sin buscarlo le robamos todo el protagonismo. Al acabar la fiesta los familiares nos daban las gracias y todo por haber ido. ¡Las gracias se las daba yo que me lo pasé en grande!

La misma tarde de la boda celebrábamos en casa mi cumple (que era al día siguiente) y el de Alice que había sido el martes de esa semana. Era el tercer día que celebraba mi cumpleaños que aún ni había sido. Se juntaron celebraciones de cumpleaños y despedidas y el resultado fueron cinco noches en las que no dormí más de tres horas. Con razón en el vuelo de vuelta no me enteré ni del despegue.
Además de celebraciones y despedidas con la gente de Kaolack también tuve tiempo de ir a los pueblos a despedirme de la gente de allí y a ver a mi ahijada (¿has visto como sí me hace ilusión Lara?) de Kembo. A cambio nos regalaron infinidad de cacahuetes y de pan de mono (la fruta del baobab) cortado en trocitos y que está malísimo.
Es bonito pensar que hay una niña que se llama Elena en Senegal y que le han puesto mi nombre porque la noche en que nació coincidió que yo dormía en su pueblo. ¡Espero que en un futuro conozca a Modu y se hagan novios! A Modu nos lo cruzamos con el coche y el tío saludaba con todo su entusiasmo al tiempo que se iba corriendo en la otra dirección, jajaja. ¡Es el niño más mono del mundo!

Gigia, Fabio, las niñas y "la sobrina"
Y con mucha penita de dejar Kaolack y Senegal ahora que estaba muy integrada, el día 23 me marcho para Dakar ya que mi vuelo sale a las 2 de la madrugada. Cómo no, vamos a casa de Gigia y Fabio y es que además es el cumple de éste último. Como había tanto mezclum de gente de todas las nacionalidades cantamos el cumpleaños feliz en inglés, francés, español, italiano, wolof (¡¡bien!!), en flamenco y en un idioma que no sabía cuál era pero que sonaba muy bien.
Y a las pocas horas me encontraba cogiendo un avión que me llevaba de nuevo a la aburrida Europa, dejando atrás la caótica y sorprendente África. Tres meses no da tiempo para nada pero como decíamos con la gente de Kaolack, "galgangirobi, eleksubatel dinendem África" (la piragua ya está lista, mañana por la mañana salimos hacia África"). El continente no se va a mover de ahí y desafortunadamente las necesidades y carencias no van a desaparecer, así que "chikanam inch'allah" (hasta pronto, si dios quiere). Lo de inch'allah lo añadíamos siempre de broma porque es la eterna coletilla de los senegaleses. El inch'allah y "c'est pas graaaaaaave" (no hay problema).

Pocas cosas he podido aprender en tres meses pero si hay algo que he aprendido de esta gente es la sencillez con la que viven. En una guardería a la que fuimos a visitar y a dar material escolar, habían hecho los adornos navideños con material reciclado. Y aún encima se disculpaban ante Dani y yo, como pensando "qué poco nivel tenemos", cuando deberíamos todos aprender de ellos. Cuando tienes menos recursos aprovechas los que tienes y si ya de por sí generamos demasiados residuos darles un uso me parece un ejemplo a seguir.
Ahora he vuelto a España en plenas Navidades con lo que ello supone; derroche y consumismo. En términos generales, son unas fechas en las que la gente compra por comprar y regala por regalar. Así que por favor, si alguna vez tenéis que hacerme un regalo, que sea algo que sea útil o que me vaya a gustar seguro. Si no no os esforcéis y no me regaléis nada o como decía Fabio, "regaladme espacio".
En los pueblos los niños jugaban con una caja de cartón imaginándose que era un coche y con un rodillo de pintar simulaban un coche teledirigido. No digo que no se regalen cosas ni juguetes a los niños pero sí que al tener tantos juguetes acabas perdiendo la ilusión y dejándoles de hacer caso a las dos horas. Tenemos mucho de todo y aún queremos más; tenemos un coche pero queremos uno más nuevo y más vistoso, tenemos un teléfono móvil que funciona perfectamente pero queremos el nuevo Iphone que ha salido al mercado, tenemos un reloj que nos marca la hora (¿para qué otra cosa sirve un reloj?) pero queremos un Rolex bien grandecito para que se vea lo que nos ha costado. ¿Y eso nos hace felices? Sí es así no tengo nada que decir aunque dudo que sea una felicidad duradera, pero si no lo es, convendría aprender más de la gente que no tiene casi nada y pese a ello no se les borra la sonrisa de la cara. Tal y como dicen en el maravillo corto de "Binta y la gran idea"; "hay que aprender de los pájaros, que son tan inteligentes que cogen lo mejor del norte y lo mejor del sur".

Allá van unas fotos que hizo Luce y me las regaló ya reveladas, ¡vaya sorpresón!

Comiendo en la boutique
"La petite famille" en la boutique

Ataya
Con Issa "el buscador de bodas"


El sobrino fornido de Issa
Thieboudienne o arroz con pescado a secas
En "la playa" de Kaolack"

Y aquí se acaban mis relatos del fascinante país que es Senegal, ya estoy echando de menos la alegría y el saber disfrutar de la vida de su gente. Son capaces de estar la tarde entera tomando té, tocando el djembé o simplemente estando. Si supieran que en Occidente la gente pelea cada día contra el reloj deseando que el día tenga más horas, cuando si las tuviera tendrían exactamente el mismo problema. Vivimos agobiados por el tiempo y por las responsabilidades y deberíamos aprender de la tranquilidad y la calma de esta gente, la palabra estrés no existe en el diccionario senegalés. Claro que esta manera de vivir tiene sus cosas buenas y sus cosas malas pero lo bueno es realmente muy bueno y hay que hacer como los pájaros; coger lo mejor de cada sitio.
Espero poder volver a escribir pronto en un blog ya que eso querrá decir que estaré viviendo nuevas experiencias dónde sea. Este blog empezó sustituyendo a los correos de la gente que me preguntaba cómo me iba pero ha acabado siendo necesario para mí. Escribir me servía para aclarar las ideas y asimilar todo lo que veía. Así que si encima lo habéis disfrutado, pues el doble de mejor.

Un placer, y ¡chikanam inch'allah!

Elena

Comentarios

  1. Fenomenal experiencia Elena y fenomenales. Relatos seguro que te harán mejor que ya es dificil

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    1. ¡Muchas gracias tío Santi!
      Es una gozada saber que habéis seguido el blog con tanto interés :)
      ¡¡Besos a todos!!

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