INMERSIÓN EN LA "BROSSE"

¡Hola hola!

Ahora que he pasado la prueba de fuego (vivir en los pueblos) y que no he vuelto convertida en tercera mujer de ningún jefe de pueblo, ya sí puedo contar cómo ha sido la experiencia.
Me dejaron el viernes en Nguindor (mi pueblo favorito) y el miércoles me recogieron en Mbowene, con muchas ganas de lavarme los pies, de tener un poco de intimidad, con un moreno camionero y con un par de kilos de más.
He estado en total cinco días en la "brosse" (la traducción literal es maleza) que es como llaman aquí a la zona donde se encuentran los pueblos. A pesar de que he estado a cuerpo de reina se me ha hecho un poco largo, sobre todo porque era difícil comunicarse ya que la gran mayoría no hablan francés y porque en los pueblos no conocen el concepto de intimidad.

El motivo por el que he estado en los pueblos es un nuevo proyecto de Arapaz que tiene como nombre "Programa de desarrollo y tejido socioeconómico" y que como su propio nombre indica, tiene que ver tanto con la gente de los pueblos como con el desarrollo de su economía. Antes de comenzar a redactar el proyecto alguien se tiene que encargar de conocer las necesidades de la población destinataria y ese alguien por si no lo habíais adivinado, esa persona he sido yo. Así que, equipada con la mosquitera, el bidón de agua, la encuesta en cuestión, un cuaderno y un boli me fui para la "brosse".
Como era de esperar, mi llegada había sido comunicada a todo el pueblo y era esperada por niños y adultos por igual con entusiasmo. Parecía un político en plena campaña electoral haciendo visitas y saludando aquí y allá.

Modu y su sonrisa

Tuve la suerte de que el primer pueblo de todos fue Nguindor, que es mi favorito porque está Modu y porque los niños de ese pueblo son los más simpáticos de todos. Los niños en general suelen ser alegres y parecer felices pero los que he conocido aquí en Senegal son diferentes, es otro tipo de alegría. Te sonríen con la boca y con los ojos y te contagian esa felicidad.
A Modu lo ví la semana pasada y cuando le llamé por su nombre le dió toda la vergüenza y se fue corriendo a dónde estaba su madre, jajaja. El otro día, más suelto, me cogía de la mano para acompañarme hasta la casa donde dormía como para dejar claro quién era allí el favorito. Yo intento que no se me note el favoritismo pero no es fácil porque Modu es realmente ideal. A su madre le dije que me lo iba a llevar a España y como en los pueblos mis deseos eran órdenes poco menos que me lo empaqueta allí mismo.

Los otros críos de Nguindor también son de lo más salado. Hay uno que me hace mucha gracia porque es especialmente entusiasta saludando. Cada vez que me ve me saluda con la mano y con una sonrisa que no le cabe en la cara, como si no me hubiera visto hace cinco minutos.

Allá van unas fotillos de la chavalería de Nguindor.

El saludador entusiasta es el del medio

Modu el segundo por la izq.

Modu bailando Mbalax y sus primos

Bueno, después de dejar claro que los niños de Nguindor son mis súper favoritos seguiré contando lo que han sido estos cinco días.

Me levantaba a las 8-8:30 más o menos, desayunaba y armada de paciencia me iba con el traductor de francés-wolof de turno a hacer encuestas. Hice como unas 70 entrevistas en total, que eran como un copia y pega; todos agricultores, con pocos ingresos, sin apoyo financiero y para variar cultivan prácticamente todos lo mismo. Digo lo de la paciencia porque la mayoría de las veces se daban estas situaciones:

P - ¿Qué porcentaje del presupuesto familiar se destina a: alimentación, salud y educación?
R - Eeeeehm, pues 5% educación, 15% salud y 30% alimentación.
Y yo me quedaba esperando a ver si me explicaban que hacían con el 50% restante pero no, eso era todo lo que tenía por respuesta. Aún así, con las primeras encuestas insistía:
P - ¿Pero qué pasa con el 50% que sobra? (les hacía un dibujo y todo)
R - Aaaaaah vale. Pues 5% educación, 20% salud y 50% alimentación.
Llegados a ese punto ni me molestaba en preguntar qué pasaba con el 25% que sobraba y me inventaba yo misma los porcentajes en función de lo que me hubieran respondido.

Otra pregunta que les suponía quebraderos de cabeza era la siguiente:

P - ¿Cuántas personas viven en la casa?
R - (después de contar durante un rato con los dedos de las manos) Doce personas 
P - ¿Cuántos hombres adultos?
R -Tres
P - ¿Mujeres adultas?
R - Cuatro
P - ¿Y cuántos niños?
R - Ocho.
Obviamente las cuentas no salían y no me explicaban de donde salían las personas que sobraban así que al final acababa sumándolo todo y apañao. Ahora lo cuento con humor pero en su momento la verdad que me desquiciaba.

Por lo general seguía el guión con las preguntas pero depende de a quién encuestaba, preguntaba más cosas. Por ejemplo, a las chicas de 20 o 22 años les preguntaba cuántos años llevaban casadas o cuántos hijos tenían para ver como sería mi vida en caso de haber nacido en su lugar . La mayoría respondían que llevaban casadas desde los 15-16 años y que ya tenían uno o dos hijos (!!!!). Osea que a mí con 22 años (casi 23) se me está pasando el arroz.
No todas las niñas van a la escuela y su perspectiva de futuro desde pequeñitas consiste en casarse pronto, tener hijos y dedicarse a cuidar la casa. Si bien desde pequeños colaboran en las tareas de la casa, niños y niñas por igual, son estas últimas quienes barren al acabar de comer, friegan los cacharros, mueven cosas de aquí para allá y muchas de ellas, cargan con los bebés a la espalda. 

Mi dieta estos días ha sido de lo más "variada y equilibrada" y ha consistido en pan para desayunar, arroz con pescado para comer y cuscús para cenar, y ASÍ TODOS LOS DÍAS.
Bueno, hubo una excepción y es que en Thiambene me prepararon un pollo delicioso para cenar y una de las mejores tortillas que he comido en mi vida para desayunar. Es por esta dieta "baja"en carbohidratos que me he vuelto con dos kilos de más.

Bollos dulces y patatas de gambas fritas

Como fan de los desayunos que soy, hice fotos a lo que desayuné cada día. La tónica general es agua con café y leche en polvo (los más afortunados) y pan con lo que sea; sucedáneo de nocilla a la senegalesa, mantequilla o espaguetis.
El primer desayuno de todos, en Nguindor, consistió en unos bollos dulces muy ricos con sabor a plátano y en patatas fritas de gambas (?) sorprendentemente buenas. Hay que decir que mi objetividad en cuanto a la comida estos días no es muy fiable, es como cuando de campamentos te vuelves loco con la leche condensada o la pasta de sobre y luego en tu casa no la puedes ni ver. Pero vaya, que los bollos y las patatas de gambas estaban realmente buenas.

Como ya he menciondo antes, hubo un desayuno excepcional y fue en Thiambene. Aminata, una chica de Burkina y sobrina del señor de la casa en la que estaba alojada me preparó la mejor tortilla de mi vida acompañada de leche de cabra fresca, ¡¡me encantó!! Además hacía solecito pero con corriente con lo cual no nos achicharrábamos de calor, se estaba de maravilla. Ese día desayuné todo lo que me pusieron delante y luego claro, no tuve hambre hasta la cena y me perdí el (para variar) arroz con pescado que tenía para comer.
Thiambene fue como una bendición porque no solo comí de maravilla si no que me dejaban bastante a mi aire y eso me permitió cargar las pilas y la motivación que ya estaba empezando a decaer.
Afortunadamente Aminata hablaba francés y me contó muchas cosas de ella, de su matrimonio forzado cuando tenía quince años, de su hija que vive en Costa de Marfil con su padre, y yo le contaba como eran las cosas en Europa. Además tenía la risa fácil y cuando le dije que yo quería tener hijos pero no casarme casi le da algo del ataque de risa que le dió. Me dijo ¡¡¿¿ Pero cómo lo vas a hacer??!! y ahí fue cuando me reí yo, porque para Aminata y supongo que la mayor parte de la sociedad africana lo de tener hijos sin casarse es inconcebible.

El increíble desayuno de Thiambene

Pain au chocolat en Kacothie

El ligero bocata de espaghetis en la tangana

Si hay una cosa que no he llevado muy bien estos días ha sido, como he dicho antes, el no tener un espacio de intimidad. Siempre compartía habitación con alguien y la cama a veces con una persona solo o a veces con dos o tres y hasta con un bebé. y bueno, eso me daba igual pero es que la ocupación de la mayoría de la gente con la que dormía consistía en sentarse en la cama y observar fijamente todos mis movimientos. Al final resultaba un poco intimidante.
O en Kembo por ejemplo, estaba yo a las ocho de la mañana en la cama y con la mosquitera puesta, o sea a todas luces durmiendo o como mucho recién levantada cuando asoma una cabeza y una mano por debajo de la mosquitera, "Bonjour Elena! Nagandef?" y claro, con la visita inesperada ya me desperté del todo.
Aquí por ejemplo los smartphones son la novedad así que cuando ven uno alucinan. El otro día estaba en Kacothie por la noche con el teléfono, amplío una foto para verla mejor y sale una voz de la nada "¿es tu marido?", me giro y tenía a cuatro personas congregadas alrededor mío sin más ocupación que el de ver lo que hacía con el móvil. Con la sorpresa del público no me acordaba de si estaba casada o no y fue un "no, ay sí sí" que no les resultó muy convincente (a veces me olvido de que aquí en Senegal "estoy casada")

Mucha gente me ha preguntado cómo he dormido estos días y la verdad es que de maravilla, mucho mejor que en Kaolack. No hacía tanto calor y los ronquidos de la gente son mucho menos escandalosos que el ruido que hace el ventilador de mi cuarto.
Supongo que mi objetividad en cuanto a la comodidad de las camas no es muy fiable porque tengo el don de dormirme en cualquier sitio pero la verdad es que eran camas perfectamente cómodas, si bien es verdad que a mí me dejaban la mejor cama de la casa. El último día me senté en una que no era la mía y se me clavaron en el culo todos los muelles así que no imagino como sería dormir en una de esas. Por supuesto cabras y gallinas entraban de vez en cuando a la habitación. En uno de los pueblos hasta tuve como compañero de habitación a un cabritillo monísimo.

Mi compañero de habitación

Gallina y sus polluelos

Para ellos es normal el compartirlo todo, hasta la intimidad, pero para mí ha sido lo más chocante. Además yo llegaba nueva cada día a un pueblo diferente y claro, tenía que ser amable y sonriente con la gente y con los dueños de la casa. Lo bueno es que como ya he dicho otras veces, son muy simpáticos, abiertos y de risa fácil. A nada que digas cuatro tonterías en wolof y sonrías ya te los has ganado. Por lo que dice la gente que vive o ha vivido en Senegal durante mucho tiempo y generalizando, los senegaleses son bastante interesados y aprovechados. Yo no los conozco tanto aunque imagino que parte de razón tiene la gente que lo dice, pero también son muy hospitalarios y afables, enseguida te invitan a sentarte con ellos a tomar el ataya (té en wolof) haciendo gala de la teranga (hospitalidad en wolof) que llevan con mucho orgullo.

Para moverme de pueblo en pueblo la mayor parte de las veces fui en el coche de Arapaz aprovechando que Dani tenía que hacer visitas a los pueblos. Pero si no, iba o bien en yakarta o en carreta (me encantaba). Los críos cuando pasábamos con la carreta gritaban ¡¡toubaaab!! y saludaban con la mano o empujaban la carreta.

El taxi

Además de las encuestas a los adultos para conocer la situación de las familias Dani me propuso ir a los colegios a preguntar a los niños sobre el futuro de su pueblo; cómo lo ven dentro de 10 años. Yo acepté encantada por supuesto, porque me encantan las salidas que tienen los chavales a esa edad y que para ellos en su cabeza tiene todo el sentido del mundo. Me acuerdo de cuando era monitora de los niños de 8 a 10 años en el grupo Scout de mi cole que hubo uno que me afirmó muy serio que "sería una pena que Cataluña se independizara de España porque entonces Europa va a ser mucho más pequeña". No intenté comprender semejante afirmación en su totalidad pero él lo decía muy seguro de sí mismo, hablando con porcentajes incluso.
Las respuestas que daban sobre el futuro de sus pueblos eran casi todas iguales: lo veían con un mercado, un hospital, una gran mezquita, un lycée y todos coincidían en que querían electricidad y una mejor comunicación. Y ya cuando se venían arriba decían un estadio de fútbol o hasta una discoteca, jajaja. Si en Kaolack no hay más que una y da gracias...
Que por cierto es divertidísima la discoteca; ayer hubo un concierto de música mbalax (la música típica senegalesa) y lo dan todo en la pista. Bailan de maravilla y es una gozada verlos, se nota que disfrutan bailando. No lo hacen con el objetivo de llamar la atención o ligar con alguien si no que bailan solos, acompañados o cómo sea, da igual. Además es gracioso porque en ese aspecto son vanidosos; les encanta verse bailando y es por eso que la discoteca está llena de espejos.

Cómo era yo quién hacía las preguntas podía preguntar lo que quisiera así que les preguntaba a los chavales qué querían ser de mayores. Me gustó mucho que la mayoría de los que dijeron "policía" o "militar" eran chicas (hermanos míos, no pongáis los ojos en blanco que os conozco). La mayoría decían profesores y hasta hubo un par que "presidente de la República de Senegal", toma ya.
Me encanta saber lo que ha querido ser la gente cuando eran niños y ver en lo que se han convertido en el presente. En la vendimia, aparte de recoger uvas jugábamos a adivinar la profesión que quería ser el susodicho cuando era niño en función de lo que había estudiado o la profesión actual. Yo, durante toda mi infancia y adolescencia, quise ser veterinaria y en algún momento también pirata, pero por A o por B el destino no quiso que me enrolara en un barco destino el Caribe o salvara animales y aquí estoy.
Sin embargo a pesar de no ser veterinaria se me cae la baba con los animales, en especial con los perros como saben los que me conocen bien, y no tan bien.

Pape Diop en Kembo

Y tras cinco días de encuestas, mucho sol, dieta "variada" y mucha lectura a falta de otra actividad cuando se iba la luz me volví para Kaolack. Yo tengo la suerte de que para mí estos cinco días han sido una experiencia puntual pero hay gente que vive así siempre y bueno, no es que vivan mal, pero no es fácil. Sin embargo, hay una cosa que envidio de la manera de vivir de esta gente, y es el sentimiento de comunidad. Aquí todo el mundo está con todo el mundo y si bien no se tiene intimidad, sí se tienen relaciones más estrechas y humanas. Los críos se lo pasan bomba juntos y sus noches me recordaban a las noches de campamento, todos con linternas, en grupo y moviéndose y jugando de un lado a otro. Las mujeres en grupo se cuentan todo y se ayudan unas a otras (también son súper escandalosas). Los hombres son más solitarios que las mujeres, no tienen tanto sentimiento de grupo, pero sí se sientan a la sombrica a tomar el ataya y a ver la vida pasar. Los ancianos son los más respetados y están siempre a la fresca, tranquilos y apacibles en su particular estado espiritual.
Viven en condiciones difíciles pero lo llevan con alegría y optimismo. Hay un corto que se llama "Binta y la gran idea" que habla de esto mismo y me parece que refleja muy bien los valores y el sentimiento comunitario de las comunidades africanas, en este caso senegalesas. Es un corto muy sencillo, de poca duración y muy recomendable para todo el mundo.
Allá va el enlace de youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=meLXFLl1FE8

Y con esto y un bizcocho me meto al sobre que como siempre, se me ha hecho tardísimo.
Espero que hayáis disfrutado de la lectura y del corto, y si tenéis cualquier sugerencia, comentario, crítica o lo que sea no dudéis. Ah, y si me queréis decir que profesión u ocupación queríais ser de niños me encantará :)

Ba benen yoon!

Elena