CONOCIENDO EL PAÍS BASSARI
¡Hola hola!
Este fin de semana ha sido diferente a los otros ya que hemos tenido un viaje al sureste de Senegal con visita a la etnia bedik incluida. El viaje en cuestión ha sido a la ciudad de Kedougou, en la región llamada País Bassari, casi en la frontera con Guinea Conakry. La ruta han sido nada más y nada menos que 8 horas en coche desde Kaolack. Salimos el viernes al mediodía europeo (a las 12 y no a las 15 como en España) y llegamos a las 9 de la noche a Kedougou.
De camino atravesamos el parque Nacional de Nikolo Koba, el más importante de Senegal. Nosotros no vimos ningún animal exótico pero unos amigos que venían de Dakar vieron un león cuando pasaron de madrugada, ¡¡qué cebao!! Un león al lado del coche comieéndose a su presa, ni los turistas que pagan por ver leones lo hubieran visto tan cerca.
Los que hayáis mirado dónde están Kedougou y Dakar en el mapa habréis constatado que efectivamente, los que vinieron de Dakar se cruzaron el país entero. Nosotros no entero, pero casi.
La carretera desde Kaolack hasta Tambacounda es una gozada, salvo algún bache que otro está en muy buen estado. A los lados de la carretera había montones y montones de sandías apiladas que en contraste con la tierra roja y los baobabs quedaba muy majo.
El motivo del viaje ha sido la entrega de mantas y material escolar
al pueblo de Iwol, en las "montañas" de Senegal (si se les puede llamar
así), que está totalmente aislado y sólo se puede acceder a pie y tras
una hora y pico de camino.
Los habitantes del pueblo de Iwol pertenecen a la etnia bedik, una de las etnias minoritarias de Senegal. Toda la vida he oído hablar del reparto de África, de la colonización europea, de las fronteras imperialistas y de las etnias divididas por éstas, pero no ha sido hasta que he conocido a una de estas etnias en persona que he pensado en todo esto. El trazado de fronteras fruto de la colonización europea no reparó en que antes de su llegada existían diferentes etnias que quedaron divididas.
Leyendo por aquí y por allá he dado con este blog que tiene una pinta buenísima:
http://blogs.elpais.com/africa-no-es-un-pais/2014/11/el-reparto-de-africa-sin-africanos.html
Y otro blog interesante con un documental llamado África 50, de René Vautier, que fue el pimer documental en hablar de la colonización africana y que aún hoy en día no tiene permiso para ser proyectada en el extranjero (un absurdo con esto de las redes sociales)
http://porfinenafrica.com/2015/05/rene-vautier-cine-colonizacion-africana/
Antes de hablar de las etnias minoritarias tengo que hablar de las mayoritarias; wolof, serer, diola, mandinga o los nómadas peul. La etnia principal de Senegal son los wolof (el 40% de la población) y su lengua es la más hablada del país, aunque el idioma oficial sea el francés. Aquí en el Sine Saloum, donde estoy yo, hay sobre todo wolof y serer.
Aún no tengo muy claro qué etnia es musulmana, cristiana o animista o si se pueden ser varias cosas siendo de una sola etnia, pero por lo que sé los wolof son mayoritariamente musulmanes y los serer cristianos (de ahí que en Kaolack haya mezquitas y alguna iglesia)
Las etnias también están repartidas; los wolof y serer están por el norte y centro del país, en el sur y en concreto en la Casamance, están los diola y los peul están en todas partes y en ninguna a la vez, son pastores y nómadas y es frecuente verlos con sus vacas por la carretera.
Si hay etnias mayoritarias tiene que haber minoritarias (muy bien Elena) y la que conocimos este finde fue la etnia bedik. Los bedik se encuentran en la región de Senegal conocida como País Bassari y en particular en las áreas remotas y prácticamente inaccesibles de esa zona, frontera con Guinea Conakry. El pueblo al que fuimos es Iwol, donde fuimos a repartir mantas y material escolar porque un amigo conocía a Jean Baptiste, el jefe del pueblo.
El sábado por la mañana tras dormir en un albergue de Kedougou en bastante buen estado y sorprendentemente limpio, llegamos a Ibel con el coche donde nos recibió la previsible marabunta de críos emocionados con nuestra llegada. Más emocionados estaban todavía a la hora de repartir las cajas, se empujaban unos a otros para cogerlas (las pequeñas de bolis y hasta las de 20 kilos con cuadernos que obviamente no podían ni levantar del suelo)
Una vez repartido el material nos pusimos en marcha. Jean Baptiste (JB a partir de ahora) se cargó 30 kilos a la cabeza y el tío subió hasta arriba sin inmutarse. Yo al principio iba súper fresca saltando de aquí a allá pero al poco rato ya iba resoplando y parándome en cada sombra que veía. Cómo se nota el cambio de clima y el parón de ejercicio físico...
Al resto también les costó lo suyo; Dani yo creo que no había sudado más en su vida y a Amadou (el senegalés amigo de JB), que se lanzó a coger un bulto de los grandes (es el de la izquierda de la foto de arriba), casi lo tuvimos que recoger con cucharilla. Al llegar a Iwol se oían comentarios del tipo "tengo que dejar de fumar, pero en serio" o "como se me notan estos kilos de más" que venían del grupo de blancos por supuesto.
Iwol es un pueblo PRECIOSO. Es como los pueblos que rodean que Kaolack pero en versión mejorada. Tiene mucha más vegetación y está rodeado por baobabs, fromagers y palmeras. Las casas son circulares, no como los de Kaolack, ya que su construcción varía en función de cada etnia.
A la llegada nos recibe una mujer bedik pequeñísima y arrugada. Parecería que nunca ha tenido contacto con la civilización si no fuera porque el palo que lleva atravesado en la nariz es el palo del chupa-chups.
Una vez reunidos todos, el exhausto Amadou incluido, JB nos recibe en la "sala de conferencias" y nos cuenta la historia de su etnia. Tal y como nos contó en un perfecto francés, los bedik llegaron a Senegal huyendo de la persecución religiosa, como no, que sufrían en Mali. Durante la expansión del islam en el siglo XI fueron muchos los grupos que se negaron a aceptar esta imposición religiosa y huyeron. Es por esta razón que hay una multitud de grupos y etnias diferentes diseminados por esta zona de Senegal. Que esta zona del país esté tan poco tocada por el islam es clave para entender la distribución geográfica de estas tribus.
Se establecieron en la montañas para poder divisar mejor al enemigo aunque a pesar de ello fueron asaltados por los guineanos que se llevaban a sus mujeres, sus cosechas y rebaños. En la actualidad los bedik están agrupados en un total de seis pueblos.
Lo de ser cristiano y animista a la vez parece un poco difícil de digerir y ni yo misma sé muy bien cómo se come eso, pero por lo que explicaba JB, el animismo es su religión originaria mientras que han adquirido elementos del cristianismo como adorar a un solo Dios creador de todas las cosas (menos de la naturaleza que para ello están los dioses animistas).
Para quien no sepa qué es el animismo: es una creencia que atribuye un alma a cada ser o elemento de la naturaleza. Es una religión primitiva, servía para dar sentido a fenómenos de la naturaleza inexplicables hace siglos. Los rituales animistas son impresionantes; cantan todos en un círculo dando palmas mientras un tío que hace de lluvia, de árbol o de lo que sea se pasea por en medio. Las mujeres, que son las que cantan, van saliendo al medio y bailan con el mozo del disfraz. Sería como la versión primitiva del reggaeton de hoy en día.
Los rituales varían de una zona a otra pero en todos se canta, se dan palmas, se baila y hay un individuo vestido del elemento de la naturaleza en cuestión.
A mí esto del animismo me gusta mucho, me parece muy bonito adorar a la naturaleza, y le digo a JB que si no fuera porque ya estoy bautizada me hacía animista como ellos. Por la cara que pone me parece que no lo ve muy factible.
Nos dan a probar vino de palma, que es parecido al vino tinto solo que de color blanco. No está malo pero tiene un regustillo raro.
Si os preguntáis por qué sale tanto ese chico que también se llama Amadou en las fotos no es porque sea el más guapo ni el más fotogénico (que lo era) sino porque era el único pobre que, resignado, me esperaba cada vez que me paraba a hacer una foto, que no eran pocas, y encima con buena cara.
Con mucha pena y con la sensación de que apenas he conocido el pueblo y mucho menos a su gente y su cultura, dejamos Iwol. Desde luego si tengo la ocasión de volver no va a ser en "modo turista", solo ves lo superficial y lo necesario para poder decir que conoces Iwol y a los bedik y que te has hecho un par de fotos con ellos. Nosotros como íbamos con senegaleses amigos de JB y a entregar mantas y material escolar decíamos que no eramos turistas pero me temo que los locales no percibían esa diferencia y nos tomaban como tales, y con razón.
Cuando nos vamos un par de chavales nos piden dinero porque sí. Esta situación es muy frecuente en países de la África menos desarrollada; están acostumbrados a pedir porque están acostumbrados a recibir. Esta es una de las cosas con las que, según me explica Dani, pretende acabar el modelo de cooperación internacional actual; no caer en el asistencialismo. Este modelo asistencialista fue el pionero de la ayuda humanitaria pero es insostenible a largo plazo; por los recursos de los donantes y sobre todo, porque se les incapacita para ser ellos mismos el motor activo del proceso de cambio.
Sin embargo, es difícil cambiar de la noche a la mañana la concepción "blanco bueno" y "negro pobre" cuando nos ven como un "dólar andante". Y algo de razón tendrán digo yo.
Hay un libro que me recomendó mi buena amiga y prima Andrea Alejandro muy crítico con todo este tema. Se llama Blanco bueno busca negro pobre y su autor es Gustau Nerín. Lo que dice el susodicho es bastante demoledor pero es recomendable su lectura, sobre todo para conocer otros puntos de vista.
Tuvimos la suerte de que este mismo finde se celebraba en Bandafassi, un pueblo de allí al lado, un festival con las minorías étnicas del país. Cada etnia traía su representante, en el caso de los bedik obviamente era JB, y un grupo bastante numeroso de gente vestida con los abalorios y atuendos típicos. Era la versión africana de los festivales de la canción de Scout a los que he ido toda la vida; cada etnia cantaba y animaba para ver cuál era más ruidosa, bailaban un baile originario de la etnia o iban vestidos con atuendos típicos.
De noche las danzas son mucho más impactantes, algunos utilizan hasta fuego y en la oscuridad dan mucha más sensación de misticismo y espiritualidad.
Allá van unas cuantas fotos del festival.
A pesar de que estaban allí para darse a conocer no podía evitar sentirme como en un zoo; ellos vestidos para la ocasión y los turistas de turno (mayoritariamente blancos) sacando fotos con sus réflex, yo incluida. Es un poco la sensación que tenía esa mañana en Iwol; sentía que sacando tanta foto sin realmente conocer lo que fotografías perviertes la esencia (en este caso de la etnia) y pierden la identidad y el valor de lo que para ellos es auténtico (bailes, rituales, tradiciones, etc.)
Me hace mucha gracia los viajes organizados rollo "inmersión en las etnias del país" o de cualquier otro tipo de viaje de inmersión porque te llegas a creer que conoces lo que apenas ves en una semana. Ojalá nunca tenga la ocasión de viajar como esa clase de "turista" si no algo más parecido a un local. Es por eso que me voy a los pueblos a vivir unos días; si no no puedo decir que conozco cómo viven realmente. Bueno, me voy por eso y porque voy a hacer unas encuestas para un proyecto nuevo de Arapaz, pero ya lo contaré en otro momento.
Al día siguiente fuimos a Dindéfelo, un pueblo justo en la frontera con Guinea Conakry que tiene una bonita y turística cascada. Senegal es un país totalmente plano así que las cascadas son excepcionales.
Después de casi tres horas de coche por un camino "marcado e intuible" según la guía y totalmente confuso e inexistente en la realidad, llegamos a Dindéfelo. Si el pueblo tiene vidilla es gracias al turismo ya que salvo un mercado y cuatro casas no hay mucho más.
La cascada en cuestión es preciosa y como entusiasta del agua que soy me quedo a remojo un buen rato. Se estaba de maravilla. Un senegalés que estaba por allí nos cuenta que es la primera vez que tenía ocasión de venir y es que aquí somos excepción moviéndonos tanto por el país.
De camino nos cruzamos con la misma panda de turistas españoles que estaban ayer en el festival, pero NO, nosotros no éramos turistas (obviamente sí).
La tarde la pasamos de relax en la casa del alcalde de Kedougou (sí, estábamos en una de sus casas) donde estábamos alojados y por la noche como festín encargamos carne a una dibiterie donde te la preparan con cebolla riquísisima. Lo de las dibiteries es muy común aquí en Senegal, es como el McDonalds versión africana y desde luego el cordero con cebolla mucho más sano que una cheeseburger.
Al día siguiente salimos bien pronto (a las 6 de la mañana) para llegar a comer a Kaolack. Atravesando el parque de Nikolo Koba vemos mogollón de monos sentados en la carretera. Me hace mucha ilusión verlos porque ha sido el animal más exótico que he podido ver este finde. Cuando pasamos con el coche se lanzan a lo suicida por los árboles y cuando nos vamos vuelven al calorcito del asfalto.
Y con esto y un bizcocho, me despido hasta la semana que viene. Mañana me voy a los pueblos y si no vuelvo casada ni convertida en tercera mujer de nadie escribiré a la vuelta.
La primera noche la paso en Nguindor, el pueblo de Modu. ¡¡Que ganas de volver a verlo!! Ayer le ví y cuando le llamé por su nombre le dio tanta vergüenza que huyó despavorido hacia donde estaba su madre. Eso sí, seguía teniendo la misma sonrisa y posando en las fotos igual de bien que siempre.
Ah, y en cuanto al gato del horno: está perfectamente y ha sido bautizado con el nombre de Elena, jajaja (tal es la brasa que doy con el gato)
Ba benen yoon!
Elena
Este fin de semana ha sido diferente a los otros ya que hemos tenido un viaje al sureste de Senegal con visita a la etnia bedik incluida. El viaje en cuestión ha sido a la ciudad de Kedougou, en la región llamada País Bassari, casi en la frontera con Guinea Conakry. La ruta han sido nada más y nada menos que 8 horas en coche desde Kaolack. Salimos el viernes al mediodía europeo (a las 12 y no a las 15 como en España) y llegamos a las 9 de la noche a Kedougou.
De camino atravesamos el parque Nacional de Nikolo Koba, el más importante de Senegal. Nosotros no vimos ningún animal exótico pero unos amigos que venían de Dakar vieron un león cuando pasaron de madrugada, ¡¡qué cebao!! Un león al lado del coche comieéndose a su presa, ni los turistas que pagan por ver leones lo hubieran visto tan cerca.
Los que hayáis mirado dónde están Kedougou y Dakar en el mapa habréis constatado que efectivamente, los que vinieron de Dakar se cruzaron el país entero. Nosotros no entero, pero casi.
La carretera desde Kaolack hasta Tambacounda es una gozada, salvo algún bache que otro está en muy buen estado. A los lados de la carretera había montones y montones de sandías apiladas que en contraste con la tierra roja y los baobabs quedaba muy majo.

Los habitantes del pueblo de Iwol pertenecen a la etnia bedik, una de las etnias minoritarias de Senegal. Toda la vida he oído hablar del reparto de África, de la colonización europea, de las fronteras imperialistas y de las etnias divididas por éstas, pero no ha sido hasta que he conocido a una de estas etnias en persona que he pensado en todo esto. El trazado de fronteras fruto de la colonización europea no reparó en que antes de su llegada existían diferentes etnias que quedaron divididas.
Leyendo por aquí y por allá he dado con este blog que tiene una pinta buenísima:
http://blogs.elpais.com/africa-no-es-un-pais/2014/11/el-reparto-de-africa-sin-africanos.html
Y otro blog interesante con un documental llamado África 50, de René Vautier, que fue el pimer documental en hablar de la colonización africana y que aún hoy en día no tiene permiso para ser proyectada en el extranjero (un absurdo con esto de las redes sociales)
http://porfinenafrica.com/2015/05/rene-vautier-cine-colonizacion-africana/
Antes de hablar de las etnias minoritarias tengo que hablar de las mayoritarias; wolof, serer, diola, mandinga o los nómadas peul. La etnia principal de Senegal son los wolof (el 40% de la población) y su lengua es la más hablada del país, aunque el idioma oficial sea el francés. Aquí en el Sine Saloum, donde estoy yo, hay sobre todo wolof y serer.
Aún no tengo muy claro qué etnia es musulmana, cristiana o animista o si se pueden ser varias cosas siendo de una sola etnia, pero por lo que sé los wolof son mayoritariamente musulmanes y los serer cristianos (de ahí que en Kaolack haya mezquitas y alguna iglesia)
Las etnias también están repartidas; los wolof y serer están por el norte y centro del país, en el sur y en concreto en la Casamance, están los diola y los peul están en todas partes y en ninguna a la vez, son pastores y nómadas y es frecuente verlos con sus vacas por la carretera.
Si hay etnias mayoritarias tiene que haber minoritarias (muy bien Elena) y la que conocimos este finde fue la etnia bedik. Los bedik se encuentran en la región de Senegal conocida como País Bassari y en particular en las áreas remotas y prácticamente inaccesibles de esa zona, frontera con Guinea Conakry. El pueblo al que fuimos es Iwol, donde fuimos a repartir mantas y material escolar porque un amigo conocía a Jean Baptiste, el jefe del pueblo.
Una vez repartido el material nos pusimos en marcha. Jean Baptiste (JB a partir de ahora) se cargó 30 kilos a la cabeza y el tío subió hasta arriba sin inmutarse. Yo al principio iba súper fresca saltando de aquí a allá pero al poco rato ya iba resoplando y parándome en cada sombra que veía. Cómo se nota el cambio de clima y el parón de ejercicio físico...
Al resto también les costó lo suyo; Dani yo creo que no había sudado más en su vida y a Amadou (el senegalés amigo de JB), que se lanzó a coger un bulto de los grandes (es el de la izquierda de la foto de arriba), casi lo tuvimos que recoger con cucharilla. Al llegar a Iwol se oían comentarios del tipo "tengo que dejar de fumar, pero en serio" o "como se me notan estos kilos de más" que venían del grupo de blancos por supuesto.
Amadou y la mujer bedik |
A la llegada nos recibe una mujer bedik pequeñísima y arrugada. Parecería que nunca ha tenido contacto con la civilización si no fuera porque el palo que lleva atravesado en la nariz es el palo del chupa-chups.
Una vez reunidos todos, el exhausto Amadou incluido, JB nos recibe en la "sala de conferencias" y nos cuenta la historia de su etnia. Tal y como nos contó en un perfecto francés, los bedik llegaron a Senegal huyendo de la persecución religiosa, como no, que sufrían en Mali. Durante la expansión del islam en el siglo XI fueron muchos los grupos que se negaron a aceptar esta imposición religiosa y huyeron. Es por esta razón que hay una multitud de grupos y etnias diferentes diseminados por esta zona de Senegal. Que esta zona del país esté tan poco tocada por el islam es clave para entender la distribución geográfica de estas tribus.
Se establecieron en la montañas para poder divisar mejor al enemigo aunque a pesar de ello fueron asaltados por los guineanos que se llevaban a sus mujeres, sus cosechas y rebaños. En la actualidad los bedik están agrupados en un total de seis pueblos.
Ritual animista |
Para quien no sepa qué es el animismo: es una creencia que atribuye un alma a cada ser o elemento de la naturaleza. Es una religión primitiva, servía para dar sentido a fenómenos de la naturaleza inexplicables hace siglos. Los rituales animistas son impresionantes; cantan todos en un círculo dando palmas mientras un tío que hace de lluvia, de árbol o de lo que sea se pasea por en medio. Las mujeres, que son las que cantan, van saliendo al medio y bailan con el mozo del disfraz. Sería como la versión primitiva del reggaeton de hoy en día.
Los rituales varían de una zona a otra pero en todos se canta, se dan palmas, se baila y hay un individuo vestido del elemento de la naturaleza en cuestión.
A mí esto del animismo me gusta mucho, me parece muy bonito adorar a la naturaleza, y le digo a JB que si no fuera porque ya estoy bautizada me hacía animista como ellos. Por la cara que pone me parece que no lo ve muy factible.
Nos dan a probar vino de palma, que es parecido al vino tinto solo que de color blanco. No está malo pero tiene un regustillo raro.
JB sin inmutarse |
Amadou en Iwol |
La escuela de Iwol |
Hobbiton |
Otra vez Amadou |
Fromager y servidora |
La juventú de Iwol (Amadou a la izq.) |
Con mucha pena y con la sensación de que apenas he conocido el pueblo y mucho menos a su gente y su cultura, dejamos Iwol. Desde luego si tengo la ocasión de volver no va a ser en "modo turista", solo ves lo superficial y lo necesario para poder decir que conoces Iwol y a los bedik y que te has hecho un par de fotos con ellos. Nosotros como íbamos con senegaleses amigos de JB y a entregar mantas y material escolar decíamos que no eramos turistas pero me temo que los locales no percibían esa diferencia y nos tomaban como tales, y con razón.
Sin embargo, es difícil cambiar de la noche a la mañana la concepción "blanco bueno" y "negro pobre" cuando nos ven como un "dólar andante". Y algo de razón tendrán digo yo.
Hay un libro que me recomendó mi buena amiga y prima Andrea Alejandro muy crítico con todo este tema. Se llama Blanco bueno busca negro pobre y su autor es Gustau Nerín. Lo que dice el susodicho es bastante demoledor pero es recomendable su lectura, sobre todo para conocer otros puntos de vista.
Tuvimos la suerte de que este mismo finde se celebraba en Bandafassi, un pueblo de allí al lado, un festival con las minorías étnicas del país. Cada etnia traía su representante, en el caso de los bedik obviamente era JB, y un grupo bastante numeroso de gente vestida con los abalorios y atuendos típicos. Era la versión africana de los festivales de la canción de Scout a los que he ido toda la vida; cada etnia cantaba y animaba para ver cuál era más ruidosa, bailaban un baile originario de la etnia o iban vestidos con atuendos típicos.
De noche las danzas son mucho más impactantes, algunos utilizan hasta fuego y en la oscuridad dan mucha más sensación de misticismo y espiritualidad.
Allá van unas cuantas fotos del festival.
Mujeres bedik |
El hombre lechuga |
Serenidad de mujer bedik |
A pesar de que estaban allí para darse a conocer no podía evitar sentirme como en un zoo; ellos vestidos para la ocasión y los turistas de turno (mayoritariamente blancos) sacando fotos con sus réflex, yo incluida. Es un poco la sensación que tenía esa mañana en Iwol; sentía que sacando tanta foto sin realmente conocer lo que fotografías perviertes la esencia (en este caso de la etnia) y pierden la identidad y el valor de lo que para ellos es auténtico (bailes, rituales, tradiciones, etc.)
Me hace mucha gracia los viajes organizados rollo "inmersión en las etnias del país" o de cualquier otro tipo de viaje de inmersión porque te llegas a creer que conoces lo que apenas ves en una semana. Ojalá nunca tenga la ocasión de viajar como esa clase de "turista" si no algo más parecido a un local. Es por eso que me voy a los pueblos a vivir unos días; si no no puedo decir que conozco cómo viven realmente. Bueno, me voy por eso y porque voy a hacer unas encuestas para un proyecto nuevo de Arapaz, pero ya lo contaré en otro momento.
Al día siguiente fuimos a Dindéfelo, un pueblo justo en la frontera con Guinea Conakry que tiene una bonita y turística cascada. Senegal es un país totalmente plano así que las cascadas son excepcionales.
Después de casi tres horas de coche por un camino "marcado e intuible" según la guía y totalmente confuso e inexistente en la realidad, llegamos a Dindéfelo. Si el pueblo tiene vidilla es gracias al turismo ya que salvo un mercado y cuatro casas no hay mucho más.
La cascada en cuestión es preciosa y como entusiasta del agua que soy me quedo a remojo un buen rato. Se estaba de maravilla. Un senegalés que estaba por allí nos cuenta que es la primera vez que tenía ocasión de venir y es que aquí somos excepción moviéndonos tanto por el país.
De camino nos cruzamos con la misma panda de turistas españoles que estaban ayer en el festival, pero NO, nosotros no éramos turistas (obviamente sí).
(esta foto no es mía pero me encantó) |
Fotógrafo fotografiado |
Modu preparando "ataya" (té en wolof) |
Al día siguiente salimos bien pronto (a las 6 de la mañana) para llegar a comer a Kaolack. Atravesando el parque de Nikolo Koba vemos mogollón de monos sentados en la carretera. Me hace mucha ilusión verlos porque ha sido el animal más exótico que he podido ver este finde. Cuando pasamos con el coche se lanzan a lo suicida por los árboles y cuando nos vamos vuelven al calorcito del asfalto.
Monos en Nikolo Koba |
Atardecer en Kedougou |
La primera noche la paso en Nguindor, el pueblo de Modu. ¡¡Que ganas de volver a verlo!! Ayer le ví y cuando le llamé por su nombre le dio tanta vergüenza que huyó despavorido hacia donde estaba su madre. Eso sí, seguía teniendo la misma sonrisa y posando en las fotos igual de bien que siempre.
Ah, y en cuanto al gato del horno: está perfectamente y ha sido bautizado con el nombre de Elena, jajaja (tal es la brasa que doy con el gato)
Ba benen yoon!
Elena
Me ha encantado! Qué interesante y qué distinto se ve todo desde aquí... Me quiero leer el libro que te recomendó Andrea.
ResponderEliminarMil besos y cuídate mucho!!
Mamá
Menudo master en "Africologia" que estas haciendo!! y lo que nos estas enseñando es super interesante.
ResponderEliminarEsperemos que no se de ninguna de las circunstancias que comentas (advierte que para casarte tienen que hablar con los jefes de tu "tribu" y la presidenta de tu club de fans y no son fáciles de convencer) y que nos cuentes tus nuevas experiencias viviendo en los pueblos.
Muchos Besos
Cris
Fistri, me encanta!! Que interesante y que fotos tan buenas! También me quiero leer el libro, ah y me encanta también la dibi. Ya me contarás más de Kedougou, nosotros nos estuvimos planteando trabajar ahí. Un besote muy gordo, cuídate mucho!
ResponderEliminarLucia
Jajaja, que casualidad! Kedougou no era gran cosa pero la zona era muy chula. Ya me dirás si te gusta el libro, yo sólo me he leído el primer capítulo que está gratis en Internet pero me lo querré leer entero. Besos a todos!
EliminarMenuda ascensión a Iwol, cargaditos de bultos, pero vaya experiencia más chula. Me alegro de que vas a volver a ver a Modu, dale saludos de parte de tus lectores del blog!
ResponderEliminarSe las dí de vuestra parte :) Modu tan ideal como siempre, ya veréis fotos! Si supiera el público que tiene... jajaja. Un beso a todos!
Eliminarwow!! me encantan las fotos, todas! Pero en especial las del festival, ¡cuánto color!
ResponderEliminarUn honor ser mencionada =)
Sigue contándonos Eleninn me encanta leerte.
Un beso graaande
Andrea
Elena de nuevo me llenas de admiración por tus nuevos relatos de tu estancia en Senegal, muy bien documentados.Es una gozada seguirte. Un beso
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